Noche tras noche
Encontraba cobijo en el triangulado follaje.
¿Solamente existe ese área?
Preguntó la impudicia.
¿Existen más lugares donde poder llegar?
Interpeló el desenfreno.
No dijo ni pío la ambrosía
Aguardando anidada como avecilla
Al deseable instrumento siempre agradecido.
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